domingo, 26 de febrero de 2012

Febrero calentito

Hace algunos días me contaste por ti misma, y sin yo preguntarte nada, que unos compañeros de clase te habían hecho sentir mal durante el recreo. No le hubiera dado importancia si no fuese porque uno de ellos, con el que siempre pareces tener roces, te dijo que te bajases los pantalones para darte un beso en el culo. Llorando, intentaste que pararan pero no te hicieron caso, con lo cual fuiste hacia donde estaban las profesoras encargadas de vigilar el patio aquel día, e intentaste contarles el problema que tenías, pero ellas no le dieron mayor importancia y se rieron, lo que fue todavía mucho peor.

Intenté solucionar parte del problema con la familia del niño, pero la dirección del colegio tomo parte y me dijo que no podía recriminar las cosas que que pasaban dentro del colegio, porque eso no era cosa mía. Aparte del intento de desautorizarme, cuando hablé del problema de este niño, poniéndolo como inicio de acoso hacia otro alumno, tanto a la directora como al secretario les cambió la cara, preguntándome ella el nombre de las profesoras responsables de la vigilancia del patio ese día. No me comentaron nada después, pero imagino que la señora hablaría con ellas para darlas un toque de atención; sin excepción de la familia del niño, con los que igualmente hablaron con total seriedad, o eso espero.  De todoas maneras yo me desquité en parte, porque les dejé claro que no pensaba volver a permitirlo.

El tema del bullying escolar es demasiado serio para tomarlo tan a la ligera, y ningún niño debería sufrirlo, por muy leve que sea este; yo siento que hayas tenido que sufrir una humillación para que el colegio sea más cuidadoso.