miércoles, 17 de junio de 2009

Otra etapa más en tu vida...

y dentro de tu crecimiento personal. Cada paso que das me doy cuenta, nos damos cuenta, de que ya no eres un bebe, sino una niña muy inteligente que se hace querer tan solo con mirarnos y sonreir.

Hoy has dado un paso más, al llegar a casa te quité el pañal y te quedaste solo con la braguita. Resultado: dos pises y dos bragas echadas a lavar. Pero aún estamos al principio del camino, todavía tienes que aprender a pedirnos pis cuando tengas ganas, y mojarás muchas braguitas y te mearás en el sofa o en el suelo...

Esta mañana te oí decir: "Lo siento, mamá...", y al ir a la cocina te encontré sentada en el suelo, sobre un charquito de pis. O por la tarde, cuando estabas jugando cruzaste las piernas para evitar que se te escapara, pero no lo lograste y empezaste a llorar...y solo hacía 5 segunditos que te había preguntado si querías hacer pis. Siempre dices que no, pero siempre te haces pocos a los pocos minutos.

El primer logro es que te dejé 5 minutos sentada en el orinal...e hiciste pis en él!!!. Cada vez que un niño consigue hacer pis donde debe, hay que celebrarlo, para que vea lo positivo del asunto y también para que se acostumbre a pedirlo y hacerlo.

A ti aún hay que cogerte el tranquillo, creo que la media entre un pis y otro tiene que ser de 20 minutos como máximo, sino...

Pero chiqui, calculo que dentro de un mes ya habrás aprendido a pedirlo.
Que mayor te estás haciendo!.

Anécdotas con la abuela...y con los padres

No hace tanto que pasó, aunque tampoco fue hace dos días. En fin, la cosa es que por la primavera, antes de que empezaran a subir las temperaturas, había días en que ibas de paseo con la abuela, y en una de estas, cuando volvíais del parque, te agachaste a ver las hormigas; fue ella misma quien me lo contó. Pusiste tu manita sobre el bordillo y de repente miraste hacia ella, te levantaste como un bólido y empezaste a gritar:

- Abuela, hormigas, pica, pica!!!. Aaaaah, picaaaaa!!!.

Tuvo que quitarte los bichitos de la mano para que te calmaras.

Otro día, esta vez por casa, y no fue tan lejano en el tiempo. Empezaste a jugar por el pasillo, con nosotros, y tras las pelotas. Y te pones a decir a gritos:

- Aaaah, un monstro, un monstroooo!!


Si es que es una gozada verte, ya no es solo jugar, es que lo disfrutas y te ríes, y nosotros contigo. Te escondes, nos escondemos, nos buscamos y vuelta a empezar otra vez.

Estás hecha toda una gamberrita, mi niña..
.